Nuria G. Alonso de la Torre Psicóloga infantojuvenil
12 de diciembre de 2018
El abuso sexual infantil no deja testigos y en ocasiones tampoco pruebas del delito, lo que hace muy difícil para las familias proteger a sus hijos. Sin embargo, confía en un niño si te confiesa que alguien le ha tocado o ha tenido un comportamiento inapropiado con él. Sólo entre el 2% y el 8% de los niños miente al hablar de abuso infantil. Pero, si no llega a contártelo, hay otro tipo de señales de alerta para detectar el abuso sexual en niños. Estos signos te pueden hacer sospechar que un niño está siendo víctima de abuso.
Índice
¿Qué se considera abuso infantil?
El abuso sexual infantil sucede cuando hay un comportamiento sexual con o sin el consentimiento de ese niño. Hay que tener en cuenta que el consentimiento puede producirse por el desconocimiento del pequeño (no entiende las implicaciones sexuales que conlleva esa conducta), porque se está sintiendo coaccionado a hacerlo (es un familiar, amigo o pareja en el que hay una relación de autoridad o confianza) o por una compensación económica. Por todo, se considera abuso sexual si: - Existe tanto violencia física como si ha sido emocional. - Es un acto puntual o ha habido varios. - Se produce fuera o dentro de la familia. Algunas conductas y situaciones de abuso En la actualidad, existen muchos tipos de conductas que pueden estar englobadas dentro del abuso sexual, pero muchas veces el propio niño lo puede llegar a identificar como una situación natural e inocente y no pide ayuda. Por eso, es importante remarcar qué es abuso sexual: - Contacto físico (caricias, tocamientos, roces, masturbación, penetración oral, anal o vaginal) - Exposición sexual (observar a alguien desnudo mientras exhibe o se toca sus genitales o mantiene relaciones sexuales, ya sea en vivo o a través de películas o fotografías o incluso crear materiales pornográficos). - Contactar o realizar comentarios con propósitos sexuales, ya sea cara a cara, por internet o móviles. En este sentido se pueden dividir en distintas categorías. Por un lado están las llamadas telefónicas obscenas. También se deben tener en cuenta las conversaciones o los mensajes de carácter sexual en los que se proporciona información sexual personal propiciada por un adulto. - Contactar con un menor haciéndose pasar por otro menor u otra persona con el fin de mantener conductas sexuales (conocido como grooming). En este sentido, no es hasta más tarde cuando los niños o los adultos no llegan a enterarse de la suplantación de identidad. - Distribución de fotografías o vídeos de uno mismo o de otros con carácter sexual (conocido como sexting). Normalmente, los jóvenes tienen bastante confusión sobre este último, considerando que ciertas actitudes en las fotos no son sexuales por el simple de hecho no aparecer desnudos e incluso llegan a enviárselos a los demás, convirtiendo a esas terceras personas en cómplices del abuso. Tan importante es saber qué tipo de conductas se pueden considerar abuso, como los síntomas para poder intervenir y denunciar el abuso infantil o ponerlo en conocimiento de las autoridades si fuera necesario, pero ¿cómo hacerlo si no sabes las señales de alerta? Algunas señales de alerta para detectar el abuso sexual en niños Es difícil descubrir si un niño o niña ha sido abusado sexualmente, sobre todo si no tiene secuelas físicas visibles como infecciones, marcas, cortes, quemaduras, fracturas, lesiones, sangre o dolor genital. Además, en ocasiones, las marcas no tienen que ver con que el agresor le realice esas heridas, sino que el propio niño puede llegar a autolesionarse como una 'salida' al dolor que siente. Sin embargo, hay signos que de forma indirecta te pueden dar pistas para que empieces a sospechar que un niño está siendo abusado sexualmente: 1. Conocimiento, comportamiento, dibujos y lenguaje sexual que no corresponde con su edad Si ves que tu hijo habla y da detalles concretos sexuales, tiene una actitud sexual con sus juguetes o se dirige a los demás de forma sexual es importante que indagues sobre el tema. 2. Estado de ánimo y comportamiento alterado Si es poco afectuoso y no quiere que le toquen, está inquieto, irritable, nervioso, triste o llora desconsoladamente. Incluso a veces, hay niños que vuelven a tener comportamientos (regresiones) que ya tenían superados como mojar la cama o actitudes infantiles. 3. Alteración de sueño Es muy habitual que los niños que sufren abuso sexual se encuentren cansados porque no duermen bien o tienen frecuentes pesadillas. 4. Cambios en la higiene Los niños que han sufrido abusos empiezan a tener una excesiva o falta de higiene. Esto sucede debido al estrés o la culpa que sienten ante estas situaciones. Hay niños que sienten vergüenza o tratan de protegerte y no quieren que les veas desnudos para que no te des cuenta de las lesiones o los hematomas que tienen. 5. Alteraciones en la alimentación Igual que ocurre con la higiene, algunos niños cambian su alimentación. Por ejemplo, hay quienes se niegan a comer debido a la situación estresante que están viviendo. 6. Bajo rendimiento académico La capacidad de concentración va a disminuir y con ello, es habitual que sus notas empiecen a descender y que deje de tener interés por los estudios.
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